Consejos para el verano

  • Nunca exponerse al sol sin aplicarse previamente un protector solar, aunque lo haga fuera de las horas pico.
  • Usar protector resistente al agua. De no ser así, repetir las aplicaciones cada dos horas y después del mar o la pileta, así como después de realizar actividades físicas.
  • Se puede tomar un poco de sol sin protector en horas tempranas de la mañana o al atardecer. En forma gradual entre 15 y 40 min segun el tipo del piel.
  • Quitar las impurezas de la piel para recibir los rayos del sol. Lo ideal es exfoliar el cuerpo y la cara con productos específicos y después usar una crema nutritiva. Esto debe hacerse cada 15 días, después de ducharse.
  • Beber agua en abundancia antes, durante y después del sol.
  • Usar sombreros o gorros para caminar por la playa o por zonas muy soleadas.
  • Aplicar protector solar también en días nublados, ya que las nubes no filtran los rayos.
  • Los desodorantes y perfumes pueden causar reacciones alérgicas y manchas. Se deben evitar si se va a estar un tiempo considerable al sol.
  • Consumir alimentos con betacaroteno (zanahoria, morrón, damasco), vitamina E (aceite de trigo, de maíz, porotos de soja) y vitamina C (cítricos). Estas sustancias son antioxidantes -no son protectores solares-, pero mejoran la respuesta inmunológica de la piel.
  • Después del sol, colocar sobre las zonas expuestas una loción post solar o una crema hidratante con vitaminas A y E, hialuronico y colageno.
  • Las superficies reflexivas (arena, nieve, cemento, agua) pueden potenciar la luz del sol y hacer que ésta sea más intensa.
  • Si se está tomando alguna medicación, preguntar al médico sobre la posibilidad de que ésta sea fotosensibilizante, es decir, de que pueda desarrollar una reacción tóxica ante el contacto con el sol.
  • Proteger a los hijos. Todas estas recomendaciones también son para ellos, con el agravante de que en la infancia la piel es mucho más sensible. La piel tiene memoria y acumula los daños infringidos desde la niñez.